Manifiesto AA, 10 de septiembre
En los últimos tiempos asistimos impotentes a la demolición sistemática e implacable del estado del bienestar; mientras los derechos más elementales de los ciudadanos son pisoteados, se premia a gangsters y defraudadores.
La izquierda, tras aceptar el dogma de que la única política económica es de derechas, se ha desvanecido, incapaz de ofrecer ninguna alternativa a una envalentonada derecha, cada vez más extrema, que ha olvidado cualquier atisbo de humanismo y compasión.
Nunca antes en la historia la clase política, los partidos y los sindicatos habían alcanzando cotas de desprestigio como las actuales. Una situación ideal para quienes piensan que la política hay que dejarla en manos de los políticos, pero en la que los ciudadanos tenemos mucho que perder.
Para empezar, lo que aún queda de la propia democracia, cuya continua y progresiva degeneración contemplamos atónitos pensando que nada podemos hacer salvo manifestar de vez en cuando nuestra indignación, pero sin conseguir nunca que nada cambie, salvo a peor.
Vivimos en un sistema de partidos, y los partidos son la única forma que los ciudadanos tenemos de canalizar nuestras ideas y modificar la realidad. Quitemos los partidos a los mediocres. Si algo temen los partidos no es perder las elecciones, sino que entre gente nueva con ideas nuevas, que les muevan la silla. ¿Cuándo habéis visto un partido que promueva la afiliación? No les interesa.
Tomemos pues los partidos al asalto. Entremos en el que nos resulte más cercano, afiliémonos, militemos. Devolvamos su sentido a esta democracia que ya no es de los ciudadanos. Regeneremos la política. Participemos. Dejemos de quejarnos y tomemos el destino en nuestras manos. El futuro hay que hacerlo.
Hagamos del día 10 de Septiembre el día AA. ¡Al asalto!
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